Antón Lamazares. DE LA NIT QUE NO ACABA (E NON ACABA A NOITE)

Antón Lamazares. DE LA NIT QUE NO ACABA (E NON ACABA A NOITE)
Originario de Galicia y con una fuerte vinculación a Barcelona, en lo que a difusión de su obra se refiere, Antón Lamazares ha creado a lo largo de su trayectoria una prosa poética de carácter visual de alto voltaje, por profunda y personal.
La práctica creativa del artista parte de una indagación ontológica sobre conceptos como el ser, la memoria, la espiritualidad y la materia. La rica tradición rural y poética de su país natal es sujeto y contexto recurrente de su obra, que la reinterpreta simbólicamente para trasladarla como bien común.
En sus creaciones, Lamazares compone un paisaje plástico en forma de sintaxis que tiene como sujeto el lugar y, a modo de predicado, el no lugar, es decir la indagación de un ser nómada sobre el existir, en tiempo personal de él mismo y de los otros, en busca de lo transcendental.
Su práctica, pues, se sitúa en una intersección singular entre lo terrenal y lo espiritual, entre lo matérico y lo simbólico. Su trabajo transita entre la pintura, la escultura y el grabado, destacando especialmente el uso de materiales humildes como madera y cartón.
La elección de estos elementos es plenamente consciente. Con ella, revaloriza en clave de práctica artística una cultura material y la dota de nuevas connotaciones: transforma el material, con capas de pigmentos, barnices, óxidos y grabados, y llega a superficies brillantes, ásperas o desgastadas como desenlace. Como apunta Ángela Molina “ante toda esta riqueza material, lo que es nuestro pintor es un povera”.
Ello le sirve de base para construir un diálogo entre lo matérico y lo metafísico, en su búsqueda de la inmanencia, de aquello que tiene en si mismo su permanencia y principio, en el concepto kantiano.
La presencia persistente de grafías no convencionales, de títulos en gallego, latín o lenguas inventadas, como su Alfabeto Delfín, apunta hacia un escenario en el que el lenguaje trasciende lo verbal, para convertirse en gesto poético.
Los grandes formatos caracterizan su corpus. Como afirma Gloria Moure, “son concreciones de un deseoso amor por la materia y de una solitaria ambición por intervenir en aquélla, escogiéndola y escuchándola, que consiguen hacer fluir en alianza indisociable lo evidente y lo hermético, de modo que la memoria poética interior y sin tiempo viene a configurarse en objeto y en imagen.”
EVENTOS:
- Diálogo de Gloria Moure con Antón Lamazares / 09.05.2025 – 18h