RocioSantaCruz

El cel metafísic, el cel físic i el cel digital: Conversación sobre la exposición de Andrés Galeano

Fons perdut de núvols es una coproducción entre la galería RocioSantaCruz y el M|A|C de Mataró.

El sábado 25 de septiembre a las 19h estará Andrés Galeano, el artista, hablando con Tomàs Molina, meteorólogo, y Jordi Vilà, escolapio licenciado en Humanidades, sobre el cielo físico, el cielo metafísico y el cielo digital.

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+Sobre Andrés Galeano

 

«Que el ritmo no pare» – Artículo en El Cultural sobre Barcelona Gallery Weekend 2021

RocioSantaCruz participa en esta edición del Barcelona Gallery Weekend junto a otras galerías de la ciudad. El evento coincide con la inauguración ‘Biografía # Disociada’, la nueva exposición del artista Miquel Mont en nuestra galería.

Compartimos este artículo de Luisa Espino para El Cultural en el que se destacan algunos de los temas presentes en las exposiciones participando este año:

«Miquel Mont hace doblete entre Rocío Santa Cruz y Formato Cómodo en Madrid, con sus inteligentes reflexiones en torno a la pintura y su obra, escapándose del soporte y dándole una vuelta en Biografía disociada a la difícil representación de los afectos.»

Lee el artículo completo aquí:
– Que el ritmo no pare, Luisa Espino – El Cultural

 

Andrés Galeano, Fondo perdido de nubes, 2021. Cortesia: Andrés Galeano

«Um arquivo de nuvens encontrado»: Artículo en Umbigo Magazine sobre la exposición de Andrés Galeano

Compartimos Um arquivo de nuvens encontrado el artículo de Zaida Trallero para Umbigo Magazine sobre la exposición Fons perdut de núvols de Andrés Galeano, en el Centre Mataró Art Contemporani y la galería RocioSantaCruz.

«Nuestro acercamiento más frecuente al cielo sigue siendo el de un ojo irónico. Solemos mirarlo como una guía del estado atmosférico o como pura contemplación. A veces en busca de pensamientos trascendentales o del puro y simple placer de mirarlo.

Fondo perdido de nubes es una investigación artística de Andrés Galeano (Mataró, España, 1980), que comienza con el descubrimiento del libro de 1939: els núvols confiscats, de J. Batlló y M. Busto. Una investigación sobre el archivo del antiguo Servei Meteorològic de Catalunya, conservado en el Instituto Cartográfico y Geológico de Catalunya de Barcelona. El proyecto se presenta en forma de exposición y libro de artista y se exhibe en dos lugares, en Mataró Art Contemporani y en la Galería Rocío Santa Cruz, en Barcelona, ​​ambos coproductores del proyecto.

La práctica artística de Galeano se inscribe en la posfotografía. Dejó de tomar fotografías para trabajar con fotografías de otras personas, la mayoría de ellas tomadas por fotógrafos aficionados anónimos, que se encuentran en ferias y mercados de antigüedades. Su gran colección, de años de colección, se exhibe y visualiza en partes de sus obras. La mayoría de las imágenes están vinculadas al tema que investiga desde hace años: la trascendencia en relación al medio fotográfico, cuya representación visual aborda lo celeste. En esta ocasión, trabaja por primera vez con un archivo oficial, lo que le permite activar toda una serie de temas ya tratados en sus trabajos anteriores, condensando muchos de sus intereses, además de contribuir a la recuperación de la memoria histórica a través de su práctica artística.

En su proyecto, Galeano propone tres formas de acercarse al cielo a través de la fotografía: la física, la metafísica y la digital.»

Lee el artículo completo aquí:
– Um arquivo de nuvens encontrado: Andrés Galeano no Mataró Art Contemporani e na Galería Rocio Santa Cruz, Zaida Trallero

‘Ficciones’, de Miguel Trillo, en la sala Atín Aya de Sevilla

El fotógrafo Miguel Trillo expone actualmente en la sala Atín Aya de Sevilla su serie Ficciones, conformada por 140 fotografías de las tribus urbanas tomadas en los salones manga de todo el mundo.

Compartimos a continuación los artículos que El País y el ABC han dedicado al artista y su exposición.
– Los nuevos disfraces de las tribus urbanas. Margot Molina. El País. 20.07.21
– Miguel Trillo toma el pulso social de la juventud que abandonó la calle por las redes sociales. Jesús Morillo. ABC. 30.06.21

 

Artículo de Roberta Bosco en EL PAÍS sobre ARCOmadrid 2021

A continuación les mostramos el artículo Arco, el reino de las mujeres, de Roberta Bosco en El País del día 12 de julio de 2021, donde hace referencia al stand de RocioSantaCruz.

Rocío Santacruz dedicó su proyecto especial a Mar Arza, que interviene libros viejos convirtiéndolos en objetos raros y que presentó una gran instalación en homenaje al Armario de tizas del escultor vasco Jorge Oteiza. Santacruz expuso también dos reinterpretaciones audiovisuales del bodegón en clave tecnológica e hiperrealista de Marina Núñez, galardonadas con el Premio ARCO-Beep de Arte Electrónico, que pasan así a formar parte de esta colección catalana. Las fotografías de Colita, reveladas por ella en los 60 y 70, completaban una propuesta presidida por los retratos de las 44 artistas de la Bauhaus (definidas con desprecio “las tejedoras” por el machismo de la vanguardia europea), reunidas en un mural de 10 metros por Gonzalo Elvira.

‘Descolonizar África desde el feminismo’. Artículo de Mª Ángeles Cabré sobre la exposición de Gloria Oyarzabal

Mª Ángeles Cabré firma este artículo para M-Arte y Cultura Visual sobre la exposición Woman Go No’Gree de Gloria Oyarzabal

Puedes leer el artículo completo aquí.

DESCOLONIZAR ÁFRICA DESDE EL FEMINISMO
Mª Ángeles Cabré

El movimiento Black Lives Matter es una excelente oportunidad para aniquilar definitivamente la soberbia colonial y reorientar de una vez la mirada occidental sobre otras culturas. Así, mientras la exposición estrella de esta edición de PHotoEspaña recorre la historia de la fotografía en el continente africano (Eventos de lo social. Retratos e imaginario colectivo. Fotografía africana en The Walther Collection, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid) y en Matadero, en el marco de dicho festival, se desarrollará estos meses el proyecto Contra la raza, destinado a combatir el canon europeo, en Barcelona la artista Gloria Oyarzabal (Londres, 1971) se enfrenta a dicha mirada y la deconstruye en la exposición Woman Go No’Gree que puede verse en la Galería Rocío Santa Cruz.

Una exposición que es la plasmación del fotolibro del mismo título con el que mereció el premio París Photo-Aperture 2020 (Éditions Editorial RM/ Images Vevey). En un principio, a la autora le hubiera gustado que el prólogo corriera a cargo de alguien que mirara África desde dentro, desde sus intestinos. Pero en realidad no hacía falta, porque se trata aquí de mirar África desde nuestro complaciente y soberbio Occidente con una voluntad real de liberarnos de prejuicios, como es el caso de esta propuesta fotográfica.

En El peligro de la historia única, la escritora nigeriana y activista feminista Chimamanda Gnozi Adichie afirma que “La consecuencia del relato único es la siguiente: priva a las personas de su dignidad. Nos dificulta reconocer nuestra común humanidad. Enfatiza en qué nos diferenciamos en lugar de en qué nos parecemos”. Si aplicamos esta idea al feminismo colonial, viene a decirnos que si las mujeres blancas miramos a nuestras hermanas de otras razas haciendo hincapié en nuestras diferencias y no en aquello que nos une -la violencia de género, la infrarrepresentación, la negación de la voz-, saldremos perdiendo todas: ellas y nosotras.

Vivir en África no es entender África, porque posiblemente ningún occidental llegue a entenderla nunca, pero ayuda. Oyarzabal vivió unos años en Mali -donde entrenó su mirada- y después hizo una residencia en la Art House Foundation Lagos (Nigeria) -un proyecto desarrollado y producido por El Ranchito. Programa de residencias Matadero Madrid-AECID-. De allí surgió el foto-libro que se muestra aquí en formato expositivo.

“Woman Go No’Gree” es un título tomado de un estribillo de una canción del cantautor nigeriano y activista de los derechos humanos Fela Kuti, una canción que insiste en que la emancipación de las mujeres africanas no debe regirse por las pautas de la emanacipación de las mujeres occidentales, que no sirve de ningún modo a sus propósitos; sería tan absurdo como conducir un coche de carreras por el desierto o trasplantar allí la flora de la tundra que crece en la gélida Alaska. En su estancia, Oyarzabal admite que empezó sublevándose ante las injusticias padecidas por las nigerianas esgrimiendo el proteccionismo al uso en que hemos sido entrenadas como mujeres blancas: “Tendí a establecer comparaciones con los procesos de la lucha feminista en curso en Occidente ¡qué gran error por mi parte! Debo admitir, no sin algo de vergüenza, que mi primera reacción fue típica de una mujer blanca, privilegiada y empoderada”.

La causa principal de este desajuste tan manifiesto entre las necesidades de las africanas y nuestra mirada hegemónica son los estereotipos fruto de los prejuicios que el feminismo occidental ha vertido sobre el continente negro. Contra ellos lucha este proyecto descolonizador. La propia Chimamanda, en el texto citado, insiste en la historia unidireccional que estos generan: “El relato único crea estereotipos, y el problema de los estereotipos no es que sean falsos, sino que son incompletos. Convierten un relato en el único relato”.

Estamos ante un desprejuiciado acercamiento fotográfico a las mujeres africanas, que huye de la mirada blanca occidental que se proyecta sobre el otro en un intento por conquistarlo en tanto que alteridad subordinada, colonizada y exotizada. Incluso contemplando las obras mostradas, cuesta liberarse de la mirada imperialista -en nuestro caso eurocentrista- que desde hace tantos siglos arrastramos y cuesta ver a las africanas como sujetos del feminismo sin necesidad de que nosotras, las occidentales, las tutelemos en sus luchas emancipadoras.

La artista ha querido combinar sus fotografías con material de archivo tratado para que sea útil a sus propósitos, resultando algunas de ellas sutilmente inquietantes. Destacan, sin embargo, las fotografías de estudio realizadas a mujeres que atesoran exagerados clichés del mundo africano, como “Wild”, “Pink Hair” y “Stripes”, subtituladas expresivamente como “On exotization, hipersexualation, victimization and otherzations”.

Descontextualizando las imágenes, las libera del peso de los prejuicios y el pensamiento dictado por la mirada colonial que infravalora al distinto y distingue entre países desarrollados y países en vías de desarrollo como si sus respectivos habitantes pertenecieran a planetas distintos. En “Divinity” una mano negra sostiene una pequeña talla africana. En “White pointing hand” una mano blanca señala el pecho de una mujer negra de torso descubierto.

Cuestionar los cánones de belleza, el abismo que parece mediar entre tradición y modernidad, las categorías de género hoy tan polémicas… Entender que el otro es, en realidad, otro nosotros: “Cuando hablamos del otro también nos definimos a nosotros. Lo que ellos son, nosotros no somos”, escribe Oyarzabal. De modo que somos en la medida en que los otros son otra cosa.

En una entrevista realizada en esta misma revista, la artista recomendaba la lectura de un texto fundamental de la poeta neoyorquina negra y lesbiana Audre Lorde, gran referente feminista: “Your Silence will not protect you” (Tu silencio no te protegerá), reunido en el volumen La hermana, la extranjera. No contribuir a que el feminismo sea plenamente interseccional, poner palos a las ruedas para que triunfe por encima de cualquier feminismo prepotente, es un ejercicio tan patriarcal como el patriarcado mismo. Desmontar pues las miradas de unas mujeres sobre otras es uno de los retos del presente y esta exposición contribuye a ello.

Entrevista a Gonzalo Elvira por el premio de la ciudad de Palma Antoni Gelabert de artes visuales 2020

El artista Gonzalo Elvira (Patagonia, Argentina, 1971) ha sido galardonado con el Premi Ciutat de Palma Antoni Gelabert de Artes Visuales 2020 por su instalación Sueños. Anteriores receptores de este premio incluyen a artistas como Núria Güell o Carles Congost. Desde RocioSantaCruz, celebramos con emoción el reconocimiento de Elvira, cuya visión y sensibilidad son un referente en el campo de la creación artística.

 

Elvira traza un recorrido por las ignotas cartografías del sueño.

Sueños rescata historias de la bruma, de esa niebla espesa e infinita que es el inconsciente. El artista toma como punto de partida las ilustraciones que Grete Stern, fotógrafa alemana, integrante de la Bauhaus y exiliada en Argentina, creó para la revista Idilio. La publicación ofrecía a sus lectoras un consultorio psicológico de interpretación de sueños. La sección no tardó en convertirse en una suerte de archivo surrealista, un repositorio de turbaciones, deseos y contradicciones, a los que Stern acompañaba con enigmáticas ilustraciones.

Elvira resucita las voces de esas mujeres, se adentra en un laberinto de miedos y anhelos ajenos para darles una nueva vida. Sus composiciones no sólo reflejan la realidad distorsionada de estas historias, sino que las dotan de nuevos significados, mezclando el pasado y el presente, el sueño y la realidad, el trazo y la palabra. En sus propias palabras, Sueños permite un “desplazamiento hacia ciertos fenómenos que se vienen produciendo últimamente en la realidad del mundo convulso en el cual estamos viviendo”.

El artista despoja las ilustraciones de su contexto original y las reproduce sobre mapas antiguos: la mujer que mira hacia el cielo en “Sueños de ambición”, sentada sobre el este norteamericano; la mujer que avanza a tientas en “Los sueños de geometría”, abriéndose paso por Europa occidental. En cada imagen, una historia contenida, una voz que atraviesa el tiempo y el espacio. Para cada una de ellas, un pedazo de mundo.

 

Artículo de Teresa Sesé para LaVanguardia – Cómo la colonización de la mente afectó al concepto de mujer en África

La relación de la artista visual Gloria Oyarzabal (Londres, 1971) con África viene de lejos. Vivió tres años en Bamako, la capital de Malí, y fruto de esa experiencia personal ha realizado valiosos proyectos como La picnolepsia de Tshombé, sobre el criminal de guerra Moses Tshombe, que después de asesinar a Patrice Lumumba, el líder anti colonialista democráticamente elegido como primer presidente del Congo, encontró refugio en la España de Franco; o Susana y los viejos, donde partiendo del cuadro de Artemisia Gentileschi  se acercaba a la historia de la trata de esclavas en Ghana. Fue precisamente a raíz de este último trabajo,  fruto de una residencia en Matadero, que en 2017 viajó a Nigeria para continuar su exploración sobre la construcción del imaginario africano.  El resultado fue el revelador fotolibro Woman Go No’Gree  (Éditions Editorial RM/ Images Vevey), una lúcida mirada sobre el impacto del colonialismo en el concepto de mujer en África, que le valió el  premio Paris Photo-Aperture al Mejor Libro del Año y que ahora presenta en formato expositivo en la galería RocioSantaCruz.

Stripes (on exotization, hipersexualation, victimization and other zations‘  Gloria Oyarzabal

«Yo no no puedo hablar de feminismos africanos sino del efecto que mi entorno provocó en otro entorno que no conozco porque no es el mío», señala  Oyarzabal, que emprendió este nuevo viaje con la  maleta cargada de libros, entre ellos dos  que resultaron fundamentales en el proceso.  La invención de las mujeres. Una perspectiva africana sobre los discursos occidentales del género,  de la socióloga nigeriana Oyèrónkẹ Oyěwùmí, e Hijas que son varones y esposos que son mujeres de la escritora  Ifi Amadiume.   «Ambas plantean que no se pueden universalizar  los discursos feministas hegemónicos de las mujeres blancas occidentales porque,  cada comunidad, cada grupo de personas tiene sus propios problemas y su manera de resolverlos. La opresión de la mujer es universal, pero cada experiencia es diversa». Y un hecho más sorprendente: «Antes de la colonización, el género no era determinante a la hora de alcanzar privilegios, sí lo era la clase social o la edad «.

Glamour‘  Gloria Oyarzabal

Amadiume detalla, por ejemplo, que en las comunidades Igbo y Yoruba cuando una mujer enviudaba podía tomar a otra como esposa, establecer otra relación que iba más allá de la relación sexual y que tenía que ver con el cuidado, la compañía… Que una hija tuviera el mismo rol que un hijo no suponía ningún conflicto dentro de la comunidad. «El colonialismo supuso también una colonización de las mentes, a través de los cánones de belleza, los conceptos de modernidad,  las religiones monoteístas…, y es a partir de la  llegada de los ingleses que la élite nigeriana se apropia de los roles occidentales y del concepto de mujer», apunta Oyarzabal.

Sisterhood‘  Gloria Oyarzabal

Aquellas lecturas, que aceleraron en ella un pensamiento que de alguna manera tenía ya desordenado en su cabeza, fueron como una bofetada a su «discurso supremacista».  Un ejercicio de descolonización de su propia mirada. Durante sus estancias en África veía que aquellas mujeres sufrían unas injusticias que nosotras ya habíamos superado y no entendía por qué no nos miraban y se aprovechaban del camino que habíamos hecho.  «Mi indignación nubló mi capacidad de análisis y juicio equilibrado. Tendí a establecer comparaciones con los procesos de la lucha feminista en curso en occidente ¡qué gran error por mi parte! Debo admitir, no sin algo de vergüenza, que mi primera reacción fue típica de una mujer blanca, privilegiada y empoderada», se desnuda ya en la portada del fotolibro.

White pointing hand‘  Gloria Oyarzabal

En su interior, como en la instalación que presenta en RocíoSantaCruz,  imágenes tomadas de revistas y materiales de archivo que colorea, voltea las figuras al revés  o aplica lavados de color (una protesta mujeres a las que vela con una capa blanca  para hablar de empoderamiento,  el anuncio de un jabón para blanquear la piel, una mujer blanca en una playa encerrada en una burbuja azul, una niña virada en rosa que sugiere infantilización…) se combinan con fotografías tomada por ella en diferentes ambientes, desde la calle a los prostíbulos o las inauguraciones de arte, formando secuencias abiertas a múltiples significados.  «Lo que me interesa es descontextualizar las imágenes», explica, «una mano blanca señalando el cuerpo de una niña afectada de lepra me ayuda a hablar  de cómo objetualizamos al otro».

«Cuando hablamos del otro también nos definimos a nosotros. Lo que ellos son, nosotros no somos»

 La artista también montó su propio estudio estudio de fotografía, donde realizó una serie de retratos de mujeres que ahora cuelgan sobre grandes telas en la galería. No podemos ver su rostro y visten trajes de estrambóticas combinaciones. «Es una hipérbole de los estereotipos y clichés que proyectamos sobre la mujer africana, un intento de ver más allá, porque cuando hablamos del otro también nos definimos a nosotros. Lo que ellos son, nosotros no somos, y viceversa».  

 

Artículo por Teresa Sesé el 28 de mayo de 2021 para LaVanguardia (link)