Al otro lado del Atlántico, en Brasil, los fotógrafos catalanes Palmira Puig y Marcel Giró formaron un excepcional tándem artístico y sentimental durante los años que vivieron en el exilio. Una exposición, ‘Fotoclubismos. Barcelona-São Paulo. 1932-1964‘, rescata el legado de estos dos representantes de la vanguardia modernista de Latinoamérica.
Cuando en 1978 Marcel Giró (Badalona, 1913-Mirasol, 2011) regresó a España, después de 41 años en el exilio, ponía fin a una reconocida trayectoria artística. Miembro del Foto Cine Clube Bandeirante de São Paulo, pasó a ser un referente de la fotografía modernista en Brasil. Fue también un pionero de la fotografía publicitaria, estableciendo su prestigioso estudio en la populosa ciudad.
Poco después del retorno a su tierra falleció su mujer, la también fotógrafa Palmira Puig (Tàrrega, 1912 -Barcelona, 1978). Así, el artista abandonó la cámara. Su legado quedó guardado en cajas. Simbolizaba el fin de una intensa relación, de un fuerte vínculo que nutrió y retroalimentó el quehacer artístico de la pareja.
Tras la muerte de Giró, su sobrino Toni Ricart y la galerista Rocío Santa Cruz llevaron a cabo un estudio de su archivo. Entre la obra del fotógrafo iba cobrando relieve la silenciada de Puig, una de las pocas mujeres que formaron parte del renovador club de cine y fotografía. La pareja compartía su afán por la experimentación y un talante rupturista.
Puig se mostraría más intimista. Giró se pronunciaba hacia la abstracción, destacando el volumen y las formas geométricas. En ocasiones compartirían carrete, lo cual dificulta la identificación de la autoría. Ambos quedarán incluidos en la exposición de mayo en el MoMA sobre la llamada Escuela Paulista.
Hasta el 24 de abril de 2021 se puede ver la exposición Fotoclubismos. Barcelona-São Paulo. 1932-1964 en la galería Rocío Santa Cruz (Barcelona).
Gonzalo estará participando, junto con Joan Fontcuberta y Alicia Kopf en la sección ‘CÁPSULAS’ del Festival: artistas, escritores y escritoras, asesores del Festival o personas de la organización hablarán y reflexionarán en torno al sistema literario y artístico.
Lee aquí el artículo completo de Conxita Oliver en El Temps de les Arts, donde habla sobre la actual exposición Fotoclubismos: Barcelona – São Paulo. 1932-1964.
Fenomen internacional sorgit a la fi del segle XIX, el fotoclubisme permetia als amants de la fotografia desenvolupar la seva passió en col·lectius independents, al marge dels circuits oficials de l’art i l’acadèmia. La fotografia va passar de ser un instrument de registre documental a un medi d’experimentació visual i tècnic d’un nou llenguatge. Aquesta exposició ressegueix la relació entre el Foto Cine Clube Bandeirante (FCCB), referent de la fotografia d’avantguarda al Brasil i el Centre Excursionista de Catalunya (CEC), nascut amb l’objectiu d’inventariar el patrimoni artístic-cultural del país.
La exposición reúne una selección de obras que inciden en la apropiación o que son apropiaciones de otras obras, configurando un hilo narrativo que conecta con temas de actualidad como son el feminismo, la identidad, el capitalismo, la publicidad o la cultura, así como con los sistemas de hegemonía, adoctrinamiento o subversión.
Rocío Santa Cruz cree en el movimiento y la innovación. La carrera de esta galerista, editora y comisaria se basa en el diálogo constante entre el arte y las publicaciones. Concibe el libro como una plataforma de encuentro y una obra de arte, objeto y espacio a la vez. En plena pandemia, sigue buscando nuevas fórmulas, nuevos modos de habitar la cultura y de encontrarnos a través de ella.
Compartimos a continuación el reportaje incluido en la edición física ‘COVID-19 N11’ de LF MAGAZINE.
Queremos mandar un agradecimiento especial a Lola García y a todo el equipo de LF por el extraordinario trabajo que realizan.
Queremos dar la enhorabuena a Oriol Vilapuig que ha recibido el premio ACCA 2020 al mejor PROYECTO ARTÍSTICO por su exposición Son. Empremtes i figuracions a les valls d’Àneuen el Museu Nacional d’Art de Catalunya.
Además, felicitamos también a Pedro G. Romero, Teresa Sesé, Glòria Bosch y Susanna Portell, y el resto de premiados. La Associació Catalana de Crítics d’Art ha vuelto a acertar en su criterio a la hora de otorgar estos reconocidos premios.
La propuesta de Gonzalo ElviraBauhaus1919, modelo para armar remite al nivel de la historia en relación al acceso de las mujeres en el arte. La instalación de Elvira constituye un mural site specific, que iba a presentarse en la Bienal Mercosur pero que, al no poder realizarse, se presentará por primera vez en ARCOmadrid 2021. Con esta pieza, el artista retoma la historia de las mujeres que formaron parte de la Bauhaus, pero que han sido escasamente representadas, y reproduce en papel una serie de retratos de ellas.
Uno de los aspectos que me llamaron la atención de la escuela [Bauhaus] fue la única presencia femenina de Günta Stolz dentro del cuerpo docente. Por tanto quería destacar el papel de las mujeres dentro de la escuela ya que de alguna manera fueron segregadas a los talleres de textil, cerámica. No las dejaban participar en los talleres de herrería, carpintería y arquitectura, alegaban que las mujeres tenían ciertos problemas con la tridimensionalidad luego del examen para ingresar a la escuela.
Gonzalo Elvira. GS. 2019. Tinta sobre papel. 50 x 35 cm
Mar Arza continúa el diálogo de las mujeres en la historia y presenta, por una parte, su serie llamada Suertes. Hay una acepción de la palabra SUERTE que se refiere a la tierra: ’11.f. Parte de tierra de labor, separada de otra u otras por sus lindes’, puede leerse en el diccionario. En la serie SUERTES se concentran los fragmentos de tierra de labor, espacios cultivados y cultivables. Finales de capítulos de libros escritos por mujeres, Carmen Laforet y Santa Teresa en este caso. Donde termina un capítulo con una frase final en suspense, se concentra ese espacio ya presente de blancos latentes, a la espera de resonancia.
Mar Arza. Suertes (Laforet). 2020. Puntos y aparte, final de capítulo. 85,8 x 65,8 cm. Detalle
Cierra esta primera propuesta la instalación Armario de aristas, una estantería de aristas en homenaje a la estanterías de tizas de Jorge Oteiza, donde Mar Arza dispone palabras en trozos de papel creando ángulos de lectura inesperados.
Mar Arza. Armario de aristas. 2020. Textos recortados sobre estantería-vitrina de DM. 160 x 222.5 x 27 cm. Detalle
Los trabajos de Mar Arza participan de algunos antagonismos —silencios contra proclamas, objetos frente a oquedades, homenajes y exabruptos—, pero un momento antes de que estos se cierren, volviéndose concluyentes, hay un giro desde el cual podemos reinscribirlos en nuevas encrucijadas discursivas. No llamaría desvelamiento a dicho proceso; por el contrario, le diría desidentificación o discrepancia.
Antes que una belleza sensible, antes que la belleza de comprender, hay algo extraordinaria y epistemológicamente hermoso en desunir eso que hasta entonces había quedado sellado a su reverso. Hay algo políticamente libre en desautorizar que una certeza tenga como antónimo una incertidumbre, que la perplejidad no sea esa forma que tenemos para mantener equidistante lo afirmativo de lo que se resiste a afirmarse.
– Valentín Roma
Revisita la exposición LE HASARD JAMAIS de Mar Arza en RocioSantaCruz.
Mar Arza. UN DÉ TOMBE TOUJOURS DU MÊME COTÉ. 2020. Poema en cuatro tiempos. 180 x 180 x 180 cm